Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

06 marzo 2013

Benitos Musiqueros



     Revista madrileña de periodicidad semanal y vida efímera  (del 22/11/1898 al 14/04/1899). Editada en números de 16 páginas, las cuatro centrales dedicadas a partituras musicales originales para piano, canto y violín (zarzuelas, pasodobles, melodías, etc.). Sus páginas de texto contienen artículos sobre música, biografías, noticias de teatro y otros espectáculos, tiras cómicas, cuentos y composiciones poéticas, cantares, epigramas, así como una sección de modas con su figurín correspondiente, crítica musical y anuncios publicitarios. Ilustrada con fotografías y grabados de vistas monumentales, escenas, tipos españoles, retratos de artistas, etc.
      Entre sus corresponsales en provincias se encuentra  un porcunero llamado Benito Toribio Molina, que nos ha transmitido algunas informaciones relacionadas con el mundillo musical de aquella todavía villa de Porcuna de finales del XIX.
      Durante el mes de febrero del año 1899, coincidiendo con el final de la recolección de la aceituna y las fiestas de carnaval, los aficionados locales a la música y el teatro pudieron disfrutar de una temporada de representaciones a cargo de la compañía cómico-lírica dirigida por el primer actor Eugenio Pamplona y el maestro concertador Luis Alaria Serrano.


      Aunque no aparezca reflejado en la crónica, en aquella compañía destacaba su primera tiple Srta. Aceves, cuyas maneras despertaban la lógica admiración entre determinado sector del público y  la censura mojigata de los críticos pueblerinos:
     “Sólo tengo que hacer la advertencia a la primera tiple, y es, que evite ciertos amaneramientos que no se compadecen ni con sus actitudes de artista ni con su buen gusto”.




     Animados por el reciente ciclo de representaciones, un grupo de jóvenes aficionados a la música deciden conformar y publicitar el nacimiento en Porcuna de una pequeña orquesta que bautizan con el nombre de Bellas Artes, como deferencia hacia la revista.


      Como podrán comprobar en base al nombre de pila predominante, tres Benitos sobre un total de seis, bien pudiera haber sido titulada como “Orquesta San Benito” (santo patrón de la localidad) u “Orquesta Benitera”.
      Se trata de músicos locales formados en el seno de la Banda de Música dirigida por Manuel Jesús Cabeza González, cuyos nombres, aparecen en su mayoría relacionados en una nota que publicó el diario El Imparcial (22 de noviembre de 1896) de una suscripción abierta en favor de los soldados heridos o enfermos en  la guerra que venía desarrollándose en la isla de Cuba.


      Los gastos del giro van a cargo del maestro música, y entre los amigos de Porcuna aparecen los tres Benitos de la futura Orquesta Bellas Artes, el pianista Valeriano Arroyo, además de “el que toca el bombo”, el pito, los platillos y otros supuestamente músicos, amigos o simpatizantes de aquella banda de finales del XIX.
      Recurriendo una vez más a la Historia de Porcuna de Manuel Heredia Espinosa, que le dedica un pequeño capítulo a la historia de la música de bandas en la localidad, y a otras fuentes, podemos conocer algún dato más sobre los componentes de aquella orquestina:

-    Benito Cabeza Borrego, hijo del maestro Manuel Jesús y hermano de los también músicos Francisco y Antonio Cabeza.  Con el tiempo llegaría a ser director de la Banda Municipal de Música.
·       Benito Toribio Molina, el corresponsal de Bellas Artes. Creo que debe ser el mismo que como Benito J. Toribio se asomaba con frecuencia a las páginas de los periódicos y revistas de principios del siglo, que se viera envuelto en aquel enredo de tenorios de conventillo  y que se mostraba acérrimo defensor de las bondades de la ley del descanso dominical por su condición de dependiente del comercio. Como poeta un ripioso:


·        Manuel Toribio, posiblemente hermano del anterior.
·        Valeriano Arroyo Casado, pianista. Perteneciente a otra saga de músicos locales: Leonardo, Otilio y Benito Arroyo. Sobre este último Benito, que llegaría a componer y a dedicarse profesionalmente a la música, disponemos de algunas informaciones que reservamos para un capítulo aparte.
·        De Benito González  sólo conocemos sobre su pertenencia a aquella banda de finales del XIX.
·        José Madero (desconocido). 

               La gestación de esta formación musical estaría relacionada con la necesidad de atender la demanda musical de la población a efectos de festividades y celebraciones, a la vez que permitía a sus componentes poner en práctica sus conocimientos musicales y obtener de camino unos siempre bienvenidos ingresos complementarios.
         De una fecha todavía cercana (1910), tenemos noticias de la participación de un sexteto musical de Porcuna “hábilmente dirigido por el maestro Benito Toribio” en una boda de relumbrón celebrada en la vecina localidad cordobesa de Valenzuela.
         La cosa la tenían organizada de tal manera que eran capaces de cubrir tanto la parte sacra como la profana.
         Su participación en aquel enlace vinagorro (Juanito Serrano Gallardo con la bella y simpática señorita Conchita Priego y Luque) podemos resumirla en dos funciones religiosas para las que se hicieron acompañar de los dos sochantres de Porcuna (misa sacramental y otra costeada por los novios al día siguiente “para dar muestra de su fervor cristiano”) y el esperado baile de sociedad:

       “Por la noche, el párroco accediendo a las instancias del señor Juez, cedió un magnífico salón ricamente amueblado, en donde los jóvenes pudieron disfrutar de las delicias del baile, y pudimos admirar la esbeltez, gallardía y gentileza de nuestras paisanas. Se bailaron chotis, rigodones, valses y la clásica jota aragonesa, destacándose en esto la simpática y sin igual Catalina Velasco”.


El Defensor de Córdoba (23 de febrero de 1910)
     “Entre las del bello sexo la sin igual novia, la señora doña Josefa Gomarín, doña Josefa Susín, doña Carmen Espina, doña Rosarito Pérez, doña Rosa Cañete, doña Espíritu Santo Méndez, doña Adriana Gordillo, con las señoritas Blanquita Vázquez, Isabel Gallardo, Catalina Velasco, María Antonia y Paquita Sánchez y una infinidad más imposible de enumerar”.





    Damos por descontada la sin igual participación de los músicos, sochantres incluidos, en cuanto ágape, lunch, almuerzo, merienda y opíparas comidas tuvieran lugar durante los dos días que duró tan esplendida celebración.

2 comentarios:

  1. El sochantre, según el diccionario de la RAE, es la persona “que actúa como director del coro en los oficios divinos” (misas cantadas), que solían desempeñar en paralelo las funciones de organista en aquellos templos provistos de dicho instrumento musical. Por lo tanto, dotado de una importante cultura musical. Concretamente el director de la primera banda municipal de música de la que se tiene noticia en Porcuna (1860), Felipe de la Chica, fue nombrado organista de la parroquial de Porcuna por la reina Isabel II en el año 1843.
    En el año 1910, cuando se celebra aquella boda en Valenzuela, actuaba como sochantre en Porcuna un vinagorro llamado Miguel Velasco Méndez. Fallecido en 1927, ocupó durante 20 años este cargo ganado por oposición, lo que explicaría la que suponemos habitual presencia de estos músicos porcuneros en las celebraciones de la vecina localidad.

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  2. Amigo Alberto; comentar que como bien dices el cargo eclesiástico de Sochantre es la de director del coro, pero para "rizar el rizo", comentar que para ayudar a entender mejor el alto cargo que ostentaba, apuntar que estaba por encima de Capiscol y Sacristán, teniendo en cuenta de que en Jaén, existía sólo en la Catedral, y alternando el oficio con otros cargos inferiores, como por el que era conocido por los ciudadanos "el pertiguero" por la típica peluca y a pértiga de plata que portaba en los actos eucarísticos y procesionales.

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