Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

26 marzo 2012

Sobre la larga mansión del talentoso carmelita Fr. Juan Félix Girón en la villa de Castro del Río (1663-1684).



Retrato de Fr. Juan Félix Girón
Escuela Sevillana
Colección pictórica del Ayuntamiento de Sevilla
Legado Duques de Montpensier

      Ya me ocupé, en su día, de este fraile carmelita de origen sevillano morador del Convento del Carmen de Castro del Río desde 1663 hasta su muerte acaecida en esta villa en el año de 1684.

      Con la reciente obtención del manuscrito De los Escritores naturales de Castro del Río de Fray Juan de Castro, donde se ocupa de él y da nuevas noticias sobre su vida y especial talento en diversas materias, principalmente lo relacionado con su etapa de residencia en Castro del Río, especulé con la tarea de reeditar y unificar todo en una sola entrada. Como el formato blog, mediante enlaces, permite ofrecer una visión de conjunto, me centraré pues en los nuevos aportes.
      Aunque Fray Juan en su manuscrito se ciñe mayormente a los nativos, le dedica unas páginas al R.P.M. Fr. Juan Félix Girón (pág. 242-247) “que aunque no fue natural de Castro se naturalizó por su larga mansión…, y se hizo acreedor de una recomendación particular por su vasta literatura y por sus escritos, muy honoríficos para esta villa y sus vecinos”.
      Ya informamos en entradas a anteriores sobre los motivos por  los que se le separó de las altas dignidades y empleos alcanzados durante su estancia en la corte (bibliotecario y predicador de de Su Majestad, Cronista General de los Reinos de Castilla, entre otras...), al ser objeto de persecución por solidarizarse con el P. José de Velasco, Prior de la Casa Grande de Sevilla, represaliado a instancias del cabildo catedralicio de Sevilla, por una polémica suscitada en torno a la interpretación de las palabras que pronunciara en un sermón durante el octavario celebrado en la catedral hispalense para festejar la publicación de la bula a favor de la Inmaculada.
       El padre Castro, bien por prudencia o desconocimiento real de las circunstancias que le sacaron de sus cómodos aposentos madrileños contiguos al Palacio y Real Biblioteca, dice al respecto:

       “De Madrid vino a morar a este convento de Castro. Qual fuese la causa de esta no esperada mudanza, es un secreto que no he podido descubrir. Lo cierto es que él le llamaba su peregrinación , como consta en la inscripción que puso de su puño y letra al pie de una cedula de profesión que puede verse en el libro 2º de profesiones, folio 28, y de ella se colige que moraba en Castro desde el año 1663. El de 1671 fue electo Prior de este convento y continuó todo el trienio”.

Convento del Carmen Calzado de Castro del Río
 Detalle de la acuarela de Pier María Baldi (1668)

      Estas anotaciones cuestionan la fecha de su llegada a Castro del Río, que otros autores sitúan en el año de 1667, otorgándosele un periodo total de residencia de 17 años, que de no haber errado en la transcripción se alargaría hasta los 21.
   
       Como de sus escritos y otras circunstancias ya nos ocupamos profusamente, nos centraremos en esas otras facetas de políglota, traductor  y dibujante en las que también se destacara, de las que el padre Castro nos proporciona detallada información.

       Dice sobre él: “Fue muy perito en las lenguas orientales, hebrea, griega y arábiga; las leía, las entendía y escribía con perfección”.




       Debería de encontrarse entre el reducido elenco de personas que en aquella Córdoba de la segunda mitad del siglo XVII atesorara dichos conocimientos. De ahí que, tal como nos refiere, Rafael Ramírez de Arellano en el artículo que le dedica en el vol. 2º de su Ensayo de un Catálogo Bibliográfico de Escritores de la Provincia y Diócesis de Córdoba (1916), en 1676 viviendo en Castro, sería reclamado para acompañar como intérprete al embajador de Turquía, Side Hamet el Gacel, durante su visita a la ciudad de Córdoba.

      Para ilustrarnos sobre la destreza e instrucción en estos idiomas, el padre Castro relaciona una serie de libros “de los que fueron de su uso y perseveran en la librería de este Convento”, en los que aparecen numerosas anotaciones al margen, de puño y letra del propio Fr. Juan Félix, que además nos ilustran sobre algunas ediciones de libros antiguos de las que estuvieron depositados en sus estanterías:

     “Un ejemplar griego de las obras de Plutarco, con un añadido de su pluma en la fachada Additionatas marginales et interpretationes M. Fr. J. Félix Girón. Por toda la obra son frequentes las notas manuscritas al margen y la interpretación de palabras griegas (escritas en sus propios caracteres) y explicadas en el idioma latino”.

    “Un ejemplar griego de los Himnos de Calimaco, Cyreneo, y sentencias de Filósofos, Poetas y Oradores; impreso en Basilea año de 1532”.



    “Un tomo en 4º impreso en Leida año de 1617, intitulado: Gramática Arábiga; está añadido de mano del M. Girón en los muy espaciosos márgenes de catorce folios, con caracteres arábigos y la interpretación latina”.


     Otra faceta en la que destacó notablemente fue la de dibujante e ilustrador, acreditando gran dominio de la técnica de la plumilla. De su producción pictórica solo se conoce el dibujo realizado al poeta sevillano  Francisco de Rioja (su tío), inserto en el Memorial Estrellado en siete idiomas (hebreo, siriaco, arábigo, griego, latino, italiano y español), dirigido al rey Felipe IV, que a la postre le serviría para que éste lo llamase a Madrid haciéndole su Cronista y Bibliotecario.


     Dice Fray Juan de Castro en relación a esta su destreza:

     “El más delicado pincel no merece ser comparado a su pluma, con la que demostrara tal limpieza que no es fácil se le iguale al mejor grabado de la imprenta; con ella dibujaba tan perfectamente que sus producciones han sido y serán el asombro y embeleso de los inteligentes. Muchas se han perdido; otras se guardan donde no he podido verlas, mas por prueba del singular merito de todas, bastará dar noticia de las que se conservan y se muestran con franqueza a cualquier hombre curioso”.

      En el libro 2º de profesiones del Convento del Carmen de Castro del Río, hoy en paradero desconocido, aparecían un total de veinte láminas salidas de su pluma con diferentes estilos: “Una representa un San Juan, otra un San Pedro, otra un Genio tocando una bocina y otras con otras ideas; en medio de un folio está escrita la profesión, y no es fácil discernir a que se debe dar la preferencia en la perfección respectiva, si a la letra, si a las figuras, si a los lineamientos”.

     También se menciona un autorretrato que durante muchos años estuvo colgado en la pared sobre la mesa del cillero o despensa del convento castreño: “Allí lo vi muchas veces y ya ha desaparecido”. La misma suerte corrió un Breviario del Padre Fr. Diego del Moral, sacristán del Carmen Casa Grande de Córdoba, ilustrado con motivos florales por Fr. Juan Félix “y que no he podido averiguar quién lo recogió después de su fallecimiento”.

      Entre esas otros dibujos de los “que se le mostraron con franqueza” por quienes accedieron a satisfacer su curiosidad, relaciona los que se hallaban en poder de Don Joaquín del Corral y Cuellar, Caballero Maestrante y Regidor de la Villa de Castro del Río, que conservaba en su gabinete dos papeles formados y dirigidos por Fr. Juan Félix a uno de sus antepasados, contemporáneo y amigo.
    Se trata de un retrato de medio cuerpo de Santa Teresa de Jesús, al que acompaña la siguiente inscripción en caracteres latinos:

Ilustración del siglo XVIII


     El otro papel, para el mismo destinatario, es una esquela escrita con “singular artificio” ilustrada en su centro con una bien figurada flor, y continúa a renglón formando las hojas y el tronco en que se remata. En su parte inferior aparece un retrato de medio cuerpo del P.M. Fr. Juan Félix.

    “En él se reconoce su destreza en el dibujo y en las palabras que le preceden se descubre la agudeza de su ingenio y el genio festivo que dejaba correr cuando comunicaba con sus amigos”:




     Mas noticias sobre otros dibujos, procedentes de Castro, salidos de su fina pluma, nos las vuelve a proporcionar Ramírez de Arellano en su "Ensayo Bibliográfico", que cuando lo escribe (1916) ya eran de su propiedad. Se trata de una Magdalena que dibujó para obsequiar a la “Muy noble señora Dª  Leonor María de la Cueva religiosa en el Convento de Santa Marta de Córdoba”, y otro en el que se representa a la Virgen de los Dolores. Ambos están fechados en Castro del Río el 18 de mayo de 1675. Deben de ser los “se guardaban y no pudo ver” que contrapone a aquellos otros propiedad de Don Joaquín del Corral y Cuellar “mostrados con franqueza a cualquier hombre curioso”.


     Tendré que adentrarme ligeramente en el peligroso terreno de la hipótesis y la conjetura para intentar explicar cómo esos dibujos y otros manuscritos relacionados con la historia de Castro del Río llegaron hasta manos de Ramírez Arellano y el porqué se privó a Fr. Juan de Castro su observación.
     Ramírez de Arellano se vale para confeccionar su Ensayo bibliográfico de un “Catálogo inédito de hijos de Castro” de su propiedad, del que es autor un tal Rodríguez Carretero, fraile carmelita hermano menor de sangre del también carmelita Fray Miguel Rodríguez Carretero, que presuponemos continuador de los trabajos inconclusos de éste y custodio de su “Borrador de noticias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río, en tiempo de los romanos, Colonia Ituci, Virtus Julia, después Castro Leal, y finalmente Castro del Río”. Ambos debieron de tener acceso en su día y hacer anotaciones (consentidas o no) del manuscrito de Fray Juan de Castro, pues la mayoría de las noticias sobre autores castreños que relaciona y reseña Ramírez de Arellano parecen proceder de éste, algunas copiadas literalmente. Intuyo cierta competencia y disgusto entre estos eruditos castreños, coetáneos y hermanos de orden, que emprenden sus trabajos relacionados con la historia y personajes locales en los albores del siglo XIX. Esto explicaría la más absoluta omisión de Fray Miguel Rodríguez Carretero, entre las páginas del manuscrito del padre Castro.
      La intuición es también la que me lleva a pensar que esos dibujos de la Magdalena y de la Virgen de los Dolores, propiedad de R. de Arellano, fueran  los que menciona el padre Castro “que se hallaban guardados donde no pudo verlos” y que estuviesen originariamente en poder de los hermanos Rodríguez Carretero, vendidos o transferidos en postrero momento junto a los manuscritos citados.
      No conocemos cómo y cuándo el lote completo llegó a manos de Rafael Ramírez de Arellano o alguno de sus antepasados, aunque queda abierta la posibilidad de que pudieran ser localizados, indagando sobre el destino final de la biblioteca y papeles de este familia de eruditos cordobeses. Lo mismo ocurre con la Santa Teresa y el retrato de medio cuerpo Fray Juan Félix, en el hipotético caso de que fueran valorados y custodiados entre los descendientes del regidor don Joaquín del Corral y Cuellar, que era suegro del rico propietario y comandante del Cuerpo de Voluntarios Realistas de Castro del Río, Lorenzo Antonio Calderón y Espada. Las genealogías de las familias notables de Castro del Río, que como anexo aparecen en la tesis doctoral de Francisco López Villatoro, podrían resultar de gran ayuda en un rastreo en busca de la remota posibilidad de su preservación. El mismo grado de dificultad lo entraña el dar con los libros de profesión del Convento del Carmen (horneados ?). Habría que plantearse un esfuerzo indagatorio, del que quiero hacer partícipes a cuantos castreños, bien a título personal o colectivo, pudieran mostrarse interesados en su hallazgo.




     Durante los años que estuvo en la corte se granjeó la amistad de personalidades notables, que cuando por cualquier motivo viajaban a Andalucía “rodeaban algún tanto su ruta por gozar un breve rato de su erudita y amena conversación”. Es el caso del  marqués de Modéjar, Agrópoli y conde de Tendilla, figura destacada del reinado de Felipe IV, con el que compartió aficiones artísticas y literarias, que en varias ocasiones le rindió visita de pleitesía,  para poder así “refrescar su memoria recordando aquellas apacibles horas de la corte”.
     También cultivo la amistad del Cardenal Salazar, Obispo de Córdoba, que recurrió a  él para atender a aquella delegación diplomática turca que visitó Córdoba en 1676, al igual que intercediera en alguna ocasión ante el obispo en favor de las dominicas descalzas de la villa.
     En diciembre de 1668 vivió el paso por Castro del Río de la comitiva y sequito de Cosme deMédicis, heredero al gran ducado de Toscana, durante el viaje que realizara por España y Portugal. Les atendió y aportó a sus cronistas datos sobre la villa y su historia. Uno de ellos (A.R. de Serén) dejó por escrito unas letras en las que se ensalzan sus cualidades:

    “Allí estuvo su Alteza [Castro del Río] y encontró uno entre aquellos llamado Fray Juan José de Girón, oriundo de Sevilla, que poseía una inteligencia superior y un talento especial nada comunes en España, y mucho menos entre los frailes. Tenía algún acento de una lengua oriental, y había estudiado la buena filosofía, con una gran aversión a la atadura de no saberse separar en nada […] de la doctrina aristotélica”.

Castro del Río - Pier María Baldi (1668)
 
      Por su natural inclinación por el dibujo y la pintura, debió de ser testigo de excepción de la compostura de la acuarela que Pier María Baldi pintara de las murallas y caserío de la villa de Castro del Río, desde el otro lado del puente.
  
     Murió  a la edad de 71 años el año de 1684 en el convento de Castro (habiendo anunciado su muerte), recibiendo sepultura en el interior de la Iglesia del Carmen.
  

FUENTES UTILIZADAS

Fray Juan de Castro / “De los escritores naturales de Castro del Río que han dado a la imprenta alguna de sus obras, fragmentos históricos que para conservar su buena memoria recogió y escribió un Frayle del Carmen en el convento de la misma Villa”. Se comenzó el año de 1804. Manuscrito original M-90. Biblioteca de la Universidad de Oviedo.

Rafael Ramírez de Arellano / Catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba con descripción de sus obras. II Tomos. Tipografía de la “Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos”. Madrid, 1916.

Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal. 1668-1669. Laminas, [di Pier Maria Baldi]. – Madrid: Sucesores de Rivadeneyra, [1934?].

A.R. de Serén, miembro del séquito de Cosme de Médicis durante aquel viaje, recogió sus impresiones en un manuscrito. Tomado del libro de Patricio Hidalgo Nuchera / “Entre Castro del Río y México. Correspondencia privada de Diego de la Cueva…”. Universidad de Córdoba, 2006.


No hay comentarios:

Publicar un comentario