Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

23 noviembre 2010

Historiografía castreña del XIX. Fray Miguel Rodríguez Carretero (1749- † ?)


   Las primeras noticias que tenemos sobre este carmelita castreño se las debemos al Rvdo. P. Ismael Martínez Carretero (O. Carm.), insertas en el prólogo presentación de la Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia, edición del año 2000, del manuscrito original de Fray Miguel Rodríguez Carretero rescatado de la Biblioteca Nacional.
   Busca y encuentra en el Archivo de la Real Chancillería de Granada las informaciones De genere, moribus et vita cuando con 15 años de edad, solicita el ingreso en el Convento de la Coronada granadino pese que había convento en su ciudad natal de Castro del Río (Córdoba).


   Su temprana vocación parece motivada por tener parientes en la familia del Carmen, incluso gente importante en otras órdenes.
   Según estos documentos, nace en Castro del Río el 12 de mayo de 1749, y era hijo de  don Nicolás Rodríguez Carretero y de doña Francisca Javiera López Cordobés.
Incluye, dicho expediente, el testimonio de Diego García de Dios que actúa como testigo y certifica:

“A la tercera pregunta dixo que el dho pretendiente, sus padres y abuelos paternos y maternos y los demás sus ascendientes an sido y son todos Cristianos viejos, limpios de toda mala raza, como de Moros, Yndios, Hereges, Mulatos, Gitanos, y que no son de los nuevamente Convertidos, ni penitenciados por el Sto. Oficio ni por otro trivunal de donde se les pueda seguir nota de infamia ni mal nombre, ni an exercitado ni vsado oficios baxos y ruines por cuita causa se le pueda seguir a la Religión afrenta y desdoro, ante si todos an sido y son gente honrada” (1).

   La propia Epytome recoge noticias de su posterior carrera académica y religiosa. Obtiene el Lectorado de Artes en Carmona (1776), varios años de Lectorado en Teología en el Convento cordobés de San Roque, saliendo envestido como lector de esta Sgda.. Facultad junto a otros carmelitas castreños coetáneos como Fr. Juan de Castro y Fr. Juan de la Rosa. 

Mapa de la antigua Provincia Bética del Carmen Calzado

   Con el tiempo adquiere notoriedad dentro de la orden. En 1788 es elegido para representar a la Provincia en el Capitulo General celebrado en Roma.
   Cuando se celebra el Capitulo Provincial en Utrera (1794) ostentaba el cargo de Rector de San Roque.
   En el Capitulo provincial celebrado en Antequera en 1802 fue designado como Vicario General.
   En 1807, cuando da por concluida su Epytome, estaba de Prior en el Convento de Granada, cargo en el que supongo permanecerá hasta los años de la guerra de la Independencia.
   Como consecuencia de la política antirreligiosa propiciada por el invasor napoleónico, el clero regular se reducirá considerablemente, proliferando las exclaustraciones. Será el caso de Fray Miguel, que tendrá que dejar el hábito de su orden.
    En 1810, tras concursar y opositar a los curatos vacantes en el arzobispado de Granada, Miguel Rodríguez Carretero, ex regular de los carmelitas calzados, es nombrado para ocupar la vacante en la iglesia parroquial de San Gil de Granada.
   Esta noticia esta sacada del Diario de Madrid (1ª de septiembre de 1810) y los nombramientos firmados por Don José Napoleón por la Gracia de Dios y por la Constitución del Estado, REI de las Españas y de las Indias


   Liberada Andalucía de las tropas francesas, siguió formando parte del clero secular. En 1814 era aún cura propio de la parroquia de San Gil y examinador sinodal de los obispados de Córdoba, Astorga, Albarracín y arzobispado de Granada.
   Las últimas noticias que tenemos sobre él se remontan al mes de abril de 1817, en que participa de unas rogativas celebradas en la Iglesia del Carmen de Castro del Río en petición de lluvia:

   “Se hizo una magnífica y apreciable solemnidad en esta Iglesia de N. Convento al Stmo. Cristo por agua, pues se necesitaba y deseaba mucho, con asistencia del Ayuntamiento en pleno y todo el Pueblo…..La predicaron los RR.PP.MM. fr. Miguel Rodríguez Carretero y fr. Juan López Quiroga, cada uno una noche, con la prevención de que  de que no hubiera mezcla de ambos sexos para evitar ofensas a Dios, una noche para solos hombres y otra para solas mugeres; todas se llenaba la iglesia con el inmenso concurso. Se saco abundante y copioso fruto por la bondad y misericordia del Señor. Muchas confesiones generales; se reiteraban innumerables y se conoció gran mudanza de costumbres. El referido día 20 en la tarde hubo procesión general de penitencia con asistencia del Clero y del Ayuntamiento; casi todos los vecinos concurrieron, unos con capas, los más pudientes de corto y otros con túnicas y todos con luces. Llevaron al Stmo. Cristo del Carmen los sacerdotes, delante el clero y la comunidad y el R.P.M Quiroga predicaba de cuando en cuando. En medio de la procesión iba N.P.S. Elías como abogado de la Curia y delante de la Sgda Imagen predicaba el R.P.M fr. Miguel Carretero. Junto al Guión predicaba el R.P. fr.Rafael de Castro Cappº Secretº de la provincia. Fue una procesión de rogativas tan cumplida que no ha tenido ejemplar en esta Villa. Después estuvo el Stmo. Cristo en andas 15 días; todas las tardes havía sermón y gran concurso, llovió pero no lo que se deseaba. Antes en las Dominica in Albis 13 del mismo hicieron en la Parroquia otra solemne función a S. marcos con el mismo fin y con la misma asistencia; predico el R.P Guardián de Jaén de Capuchinos excelente sermón. Se deseó mucho el agua” (2).

   Por esta crónica, parece ser que volvió a revestirse con el hábito de la orden carmelita durante los últimos años de su vida.
   En el ensayo bibliográfico de Rafael Ramírez De Arellano, por errata de imprenta o de trascripción se sitúa inexactamente su muerte como acaecida en Granada el 28 de enero de 1775; tampoco puede ser 1875, pues hubiera vivido 124 años. Cuando predica en Castro en 1817 tenía 58 años. Sus apuntes manuscritos sobre la historia de Castro están datados en 1817 y no se conocen obras suyas posteriores. Posiblemente no llegara con vida al trienio liberal y mucho menos a la exclaustración general decretada en 1835.


Su obra:

Epytome historial de los Carmelitas en Andalucía y Murcia. 
Ms. Original 18.118  Biblioteca Nacional.  Autógrafo, 418 hojas en 4º.
   Se trata de una obra abierta, iniciada en 1804  en el Convento de su ciudad natal Castro del Río, dándola por concluida en 1807, estando de Prior del Convento de la ciudad de Granada. Aunque seguirá sumando adiciones sueltas sin gran ilación que llegan hasta 1817. 

   Estos papeles formaron parte del lote de impresos y manuscritos pertenecientes a la biblioteca de don Pascual de Gayangos,  adquiridos por el Estado en 1899 con destino a la Biblioteca Nacional.


   Sus páginas se dedican esencialmente a relatar los avatares del Carmelo Bético desde los primeros años de su fundación y a través de los siglos. Aunque, por su condición de natural de la villa de Castro del Río, son numerosas las referencias a ella, a su convento y a sus moradores:

“Desde que se estableció este Convento en 1555, más de cien hijos del Pueblo han vestido el Santo Ábito; muchos han florecido en letras y virtudes. He referido las memorias de algunos. Número: 16 Maestros hijos suyos, muchos Presentados de Púlpito y actualmente tres o quatro Lectores de Teología, ya presentados de justicia para concluir su carrera literaria con aplauso y honor” (3).

   Aporta reseñas biográficas, más o menos extensas, de algunos de los más destacados R.P. Maestros de la Orden naturales de la villa:

  • Fr. Francisco Fuentes. Teólogo. † 1690.
  • Fr. Martín de Osuna y Rus. Escritor. † 1706.
  • Fr. Simón Moreno Villafranca. Teólogo. † 1707.
  • Fr. Pedro Jacinto Espinar. Asceta y escritor. † 1725.
  • Fr. Andrés Rodríguez Carretero. Predicador. † 1775.
  • Fr. Francisco de la Rosa. † 1795.
  • Fr. Onofre Gutiérrez de Acuña. Predicador. † 1800.
  • Fr. Juan de Castro. Escritor. † 1828.

   Y de otros, que sin ser naturales, estuvieron muy vinculados a su convento como el polifacético R.P.M Fr. Juan Félix Girón (Sevilla 1613-Castro del Río 1684). Dice de él Fr. Miguel:

   “Aunque este famoso carmelita nació en Sevilla, lo reputo también por hijo de Castro. Según las leyes de España, se juzga motivo suficiente por los autores, para que alguno sea tenido en tal, y determinado por natural, pueblo, educación, largo domicilio y muerte…En atención a esto, fue hijo de Castro el R.P.M. Fr. Juan Félix Girón” (4).

   Dedica también unas páginas a la historia de la villa de Castro del Río, a su convento, su fundación, a las riadas por las que se vio afectado y a las hermandades y cofradías que albergaba.

"Resumen histórico de la vida de la venerable madre Sor Narcisa María de la Concepción, religiosa descalza del sagrado orden de Santo Domingo, del convento de Jesús María de Scala Coeli de la villa de Castro del Río, Reyno de Córdoba."



   351p. impresa en Granada el año de 1814 en la imprenta nueva de Francisco Benito Valenzuela, calle de la Colcha. Siendo su autor cura propio de la Iglesia parroquial de San Gil de Granada, examinador sinodal de su Arzobispado, y Obispados de Córdoba, Astorga y Albarracín.
   El único ejemplar de esta obra del que tengo noticia se conserva en el Archivo Histórico Nacional, acompañando al legajo Inquisición-4468, exp.16, sobre la calificación de la vida de la madre Sor Narcisa María de la Concepción hecha en la Inquisición de Córdoba entre 1815 y 1818.




“Borrador de noticias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río, en tiempo de los romanos, Colonia Ituci, Virtus Julia, después Castro Leal, y finalmente Castro del Río”. Escribíoslas un hijo de la expresada villa, cuyo borrador no pudo sacar en limpio, ni ponerlas en mejor estado, ni menos trasladarlo en letra mas clara y limpia.
Año de 1817, en 4º- 103 folios y 7 las. al fin, sin numerar.  

   Tomás Muñoz y  Romero en su “Diccionario bibliográfico-histórico de los antiguos reinos, provincias, ciudades, villas, iglesias y santuarios de España” (1858), refiere que el arqueólogo y epigrafista Aureliano Fernández Guerra tenía extensos apuntamientos de estas “Memorias antiguas y modernas de la villa de Castro del Río” tomados del original, pero confunde y le atribuye elogios de Bartolomé José Gallardo, cuando su verdadera destinataria era la obra de su amigo y favorecedor Fray Juan de Castro.

   Cuando en 1833, se descubre en el "Cortijo de las Vírgenes" (Torreparedones), el sepulcro de los Pompeyos, Fernández Guerra, que se interesó por el hallazgo, realizó dibujos de todos los objetos y de la situación en que se encontraron las trece urnas que contenía, todas menos una con inscripción, indicando incluso los restos de minio que todavía se conservaban en alguna de ellas; levantó planos topográficos de la zona y recabó para ello toda la documentación necesaria tanto por medio del trabajo de campo como del de archivo. Sería por estas fechas cuando se acercaría por Castro del Río para documentarse al efecto, tomando apuntes del manuscrito original de las memorias de Fray Miguel, posiblemente ya fallecido.

Cámara sepulcral de la familia Pompeya




Fernández Guerra era íntimo de Bartolomé José Gallardo, con el que mantenía asidua correspondencia. Ya residiendo éste en la corte, tras cesar las persecuciones contra los liberales, era de su propiedad una arquita con huesos de los encontrados en las tumbas sepulcrales de la familia de los Pompeyos y un vidrio de la vasija que contenía la luz inextinguible, llegando a publicar un artículo, sobre esta invención o hallazgo, en el Vapor de Barcelona (5).



   Fr. Miguel dejó dos hermanos en su religión, el R.P. Presentado, Fr. Juan Rodríguez Carretero, colegial de San Roque, Pred. Conv. del de Granada de este de Castro. Supp. R. del Colegio de San Pedro y San Pablo, antes M. de Gramática de éste 16 años y lo es al presente, y el otro hermano el que esto escribe (6).

   “El que esto escribe” es aquel mismo que se preocupaba por el destino final de los legajos de Fr. Juan de Castro expuestos al terrible horno bizcochero de las madres dominicas de Castro del Río. Heredaría de su hermano de sangre y de religión la afición por los temas históricos, y le presuponemos como custodio de parte de su legado documental. Ramírez de Arellano le cita como autor de un “Catálogo inédito de hijos de Castro”.
  
   Otros hermanos de sangre de esta terna de frailes carmelitas de Castro del Río fueron:

·         Rudesindo Rodríguez Carretero López. En 1818 ocupaba el puesto 29 entre los contribuyentes por riqueza territorial, asimilado a la categoría de los grandes y medianos propietarios no arrendatarios. En 1821 viudo, sin descendencia.
·         Antonio Rodríguez Carretero. En 1820 Notario del Santo Oficio y Presidente del Pósito, con habitación en la calle Córdoba, casado con Mª Josefa Sánchez Salinero (7).

   En esta familia de propietarios castreños se reproduce el esquema tradicional de herencia, transmisión y perpetuación de la propiedad durante el Antiguo Régimen. El primogénito que hereda y explota las tierras, un segundo hermano con cargos y empleos civiles, y el resto de varones religiosos.

   El manuscrito original, con el tiempo pasaría a engrosar el fondo documental de Rafael Ramírez de Arellano. Cuando éste, durante la segunda década del siglo XX, redacta su ensayo bibliográfico ya era de su propiedad. Su ubicación actual, una incógnita.
   Rafael Ramírez de Arellano llegó incluso a publicar algunas de las noticias en él recogidas. En el nº 5 (octubre 1919) del Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, en la sección de documentos inéditos incluye una copia hecha a principios del siglo XIX por Fray Miguel Rodríguez Carretero, historiador de Castro, su patria, del libro de memorias de la parroquia de Castro del Río en el que se relata el Viaje del cadáver de D. Fernando el Católico a Granada:




   José Oliver y Hurtado en Munda Pompeiana (1861) también hace referencia a las Memorias de Fr. Miguel “hasta hoy no publicadas, a pesar de ser natural de esta villa”. Parece haber tenido acceso a éllas pues incluye alguna de sus opiniones:

 “El Cortijo de Cabriñana (dice), donde estuvo establecida la antigua población de Castra Posthumiana, dista de Castro una legua. En el asiento del cortijo se registran rastros de población o de un famoso castillo, viejas ruinas de cimientos, edificios, cascos de teja, ladrillos y otros vestigios del referido pueblo”.



(1)   P.Mº Fr. Miguel Rodríguez Carretero / Epytome historial de los Carmelitas de Andalucía y Murcia. Primera edición del manuscrito original de la B.N.E. Sevilla 2000. Presentación de la obra a cargo de Ismael Martínez Carretero (O.Carm).
(2)   Ibidem. Apéndice documental, pag. 488.
(3)   Ibidem, pag.480.
(4)   Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo de un catálogo bibliográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba”.Tomo II. Obra premiada por la Biblioteca Nacional en el concurso público de 1916 e impresa a expensas del estado. Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, MCMXXI.
(5)   Ángel M. de Barcia / D. Francisco de Borja Pavón: traducciones de poetas latinos. En Revista de archivos, bibliotecas y museos. Año X. Abril - Mayo de 1906. Contiene numerosas anotaciones de Francisco de Borja sobre sus visitas en Madrid a Bartolomé José Gallardo.
(6)   Rafael Ramírez de Arellano / “Ensayo… Tomo I.
(7)   Francisco López Villatoro / La Villa de Castro del Río (1823-1923). Aspectos económicos, políticos y sociales. Diputación Provincial de Córdoba, 1998. Apéndices documentales.


 

2 comentarios:

  1. Amigo Alberto:
    Hace unos días visité a un amigo que se encontraba enfermo para hacerle un rato compañía. Se trata de Pepe Bracero Navajas, sobrino de Petra, a quien tú bien conociste, y nieto del que fue historiador local D. José Navajas Bravo, con cuya familia tuvo la mía muy buenas relaciones y del que dos hermanos, Juan y Rafael, aprendieron con mi padre su oficio de impresor, que después desarrollaron en Madrid y Barcelona.
    Pepe ha sido siempre buen lector y amante de los libros (es un entusiasta de D. Pío Baroja) y como es natural nuestra charla no podía obviar este tema. Agradecido por mi visita y conociendo mi afición al libro antiguo, tuvo a bien regalarme un curioso ejemplar que él había recibido de sus mayores. Nada más echar la vista a su primera página y leer su título "Resumen histórico de la vida de la venerable madre Sor Narcisa María de la Concepción, religiosa descalza del sagrado orden de Santo Domingo, del convento de Jesús María de Scala Coeli de la villa de Castro del Río, Reyno de Córdoba”, recordé que tú habías hecho mención del mismo en tu blog. Efectivamente, entro en él y veo tu entrada de 23/11/2010, sobre Fray Miguel Rodríguez Carretero y la reseña a esta obra en la que comentabas que el único ejemplar de esta obra del que tenías noticia se conserva en el Archivo Histórico Nacional, Pues bien, por las casualidades de la vida, ha llegado a mi poder otro ejemplar, del que te adjunto copia escaneada de su primera página, y que tienes aquí a tu disposición para ojearlo.
    Aprovecho la ocasión para comunicarte que estoy terminando la impresión (al estilo de Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como) de una edición reducida a colaboradores de lo que titulo Crónica tardía de una etapa futbolística en Castro del Río (1954-58), en la que me he tomado la libertad de insertar reseñas de tus trabajos sobre los antecedentes de los años 20 y 30. Como es natural, cuenta con un ejemplar.
    Un afectuoso saludo.
    Paco Morales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Paco, pero hace unos días lo localicé y descargue en formato PDF. No tiene especial interés, y aporta pocas noticias nuevas sobre Sor Narcisa o Castro del Río. Tenía pensado añadir la portada a esta entrada. Tengo en proyecto dedicarle una entrada a Don José Navajas Bravo. Tengo las fotocopias de su inconclusa historia de Castro. Como bien conoces el veterinario José Navajas Fuentes continuó con la afición a los temas de historia local de su padre. Tengo lo publicado en el Boletín de la Real Academia. ¿Crees que sus descendientes pudieran conservar otros materiales inéditos de aquella inconclusa historia, que por lo visto intento continuar su hijo el veterinario? Don Jose Navajas Bravo por sus empleos de secretario e interventor del Ayuntamiento tuvo que tener acceso a documentos posiblemente hoy desaparecidos.
      Y muchísimas gracias por reservarme un ejemplar de esa cuidada edición pelotera. Un saludo y mil gracias.

      Eliminar