Espacio abierto dedicado al estudio de las historias locales de los municipios de Castro del Río (Córdoba), Porcuna (Jaén) y Motril (Granada), así como sus adyacentes. Recomiendo la utilización del apartado de comentarios para aportaciones, consideraciones, críticas o rectificaciones. De igual manera, está disponible para quienes deseen colaborar con la publicación de artículos o aportando documentos, sobre cualquier tema de carácter histórico relacionado con dichas poblaciones.

23 octubre 2010

Torta Real de Motril

  

 La “Torta Real de Motril” es un dulce emblemático de esta ciudad de la costa granadina, especie de versión mediterránea del mazapán toledano, a la que se le atribuye un origen árabe, morisco o mudéjar. Sus ingredientes esenciales, el azúcar de caña de su fértil vega (ya casi desaparecida) y la almendra (cultivo que hasta hace poco estuvo muy extendido en las cotas más altas de su término, hasta ser  sustituido por los subtropicales).
  
   Aunque las materias primas ya no son autóctonas,  la tradición se mantiene ligada al apellido Videras, desde hace ya varias generaciones de artesanos confiteros, y cuya formula original, celosamente guardada, se remonta a 1840. Se trata de una pasta exquisita hecha a base de harina, azúcar y almendras, y bañada con una capa superficial de espeso merengue blanco, con un sabor, en el que contrasta maravillosamente el amargo de las almendras con el dulzor del azúcar.


   El apellido Real de esta torta motrileña, quizá obedezca a que en determinado momento fuese demandada por la casa real durante el reinado de Isabel II. Como mera hipótesis, un motrileño ilustre, Francisco Javier de Burgos, personaje influyente durante la regencia de Maria Cristina y primeros años del reinado de Isabel, pudiera haberla publicitado e introducido en la corte.

   En su origen, debió ser un dulce esencialmente navideño.
   Por la sección de anuncios de la prensa madrileña, sabemos, que en vísperas de tan señaladas fechas del año de 1869 empieza a ser comercializada por primera vez en la capital del reino, en la estampería de los Hijos de Pelegrini C/ Caballero de Gracia, especializada en la venta de dulces granadinos.
   Debió de tener buena acogida, pues en el mes de febrero del año siguiente, un recorte publicitario de la prensa hace alusión a “las exquisitas tortas de Motril que tanto han agradado”.










   Su presencia en años posteriores nos corrobora que termina por arraigarse entre los productos típicamente navideños.


El Imparcial 18771226




Concretamente en 1879 el Diario la Época anunciaba la llegada de la Navidad, celebrando que Madrid empieza a convertirse por estas fechas, en una Exposición Peninsular de sus mejores productos y manjares:

“Han llegado los mejores turrones de Jijona y de Alicante, los polvorones de Laujar, las tortas de Motril, las almendras pestañetas de Valencia, los besugos del Cantábrico, los chorizos de Extremadura, los monumentales mazapanes de Toledo, los exquisitos almíbares de Granada, los peros del Castillo, los pavos de todas partes y las mil y una golosinas más que constituyen la clásica cena de Navidad y comida de Pascua”.

También disponemos de una referencia literaria, que menciona a la Torta Real de Motril como reina entre las de su género”. Se trata del libro escrito por el ingenioso y erudito gaditano Mariano Pardo de Figueroa, que hizo famoso el seudónimo de Doctor Thebussem: 

La mesa moderna [Texto impreso]: cartas sobre el comedor y la cocina cambiadas entre el Doctor Thebussem [seud.] y un cocinero de S.M. [seud. de José de Castro y Serrano] 2ª ed.  Madrid: Librerías de Fernando Fe y de Leocadio López y sus corresponsales, 1888. 



   Estas cartas ya habían sido alojadas, una década antes, en las páginas de la Ilustración Española e Iberoamericana, de la que Thebusem era asiduo colaborador.

   Se trata de un cuaderno de apuntes, un cambio de impresiones a propósito del comer y del beber, verificado por dos individualidades que, aun cuando no beben ni comen mucho, son partidarias de que se coma y se beba bien.

    A partir de 1880, la Tortal Real de Motril, desaparece de los escaparates navideños del Madrid finisecular. ¿Motivos?  ¿Que fue de ese emprendedor empresario motrileño, que durante una década, había sido capaz de colocar su producto estrella en las mesas navideñas madrileñas? 
   Tras analizar concienzudamente diferentes fuentes, con argumentos, que cabalgan entre la hipótesis y la realidad, en una próxima entrada intentaré desvelar el misterio. Sirva como avance, otro recorte publicitario:


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